No es de sorprender que en las últimas décadas tanto la ansiedad y sus múltiples trastornos asociados, como el cáncer en sus nuevas y cada vez más agresivas versiones, han aumentado dramáticamente en la población mundial, además de las enfermedades idiopáticas y los llamados síndromes de los que se conocen los síntomas pero no las causas, y se agregan a otros trastornos no identificados por lo que hoy, más que nunca, han aumentado los diagnósticos por supuesto “estrés”, lo que significa en muchos casos que desconocen la causa real.

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